Etiqueta: Teorias Conspirativas
Isaac Newton, el profeta que creyó ser elegido por Dios

3 siglos que no existieron
El historiador alemán Heribert Illig defiende que entre los años 614 y 911 no sucedió nada. Es su “Hipotésis del Tiempo Fantasma“, según la cual todo lo que se supone que ocurrió en esa época es fruto de un esfuerzo sistemático de encubrimiento por parte de los poderosos con no se sabe muy bien qué oscuros fines.

Obviamente es sólo una teoría conspirativa que no tiene ningún viso de verosimilitud, pero en cierto sentido puedo entender la vena conspiranóica de algunas personas dada la facilidad con la que la realidad puede tergiversarse. De hecho, la Historia en su mayor parte no es más que una versión de acontecimientos contada por los vencedores.
No es lagarta, es lagartona
¿Reptilianos en Albacete?
Pensaba que las acusaciones de pertenecer a una raza extraterrestre de reptiles se centraban únicamente en personajes norteamericanos, pero resulta que no, que hay quien dice que Zapatero, Piqueras y la Carbonero forman parte de esta élite que controla el mundo, basándose en supuestos rasgos que los delatan.
Pero está claro que el conspiranoico de turno está diciendo gilipolleces. Piqueras es paisano, de Albacete, y es imposible que en esta manchega tierra haya puesto los pies ningún reptil extraterrestre: los habríamos echado a pedradas.
Tendencias conspiratorias
Una de las explicaciones de porqué las personas se sienten atraidas por las teorías de la conspiración es la de la Proyección Psicológica: negar unas características que nosotros tenemos para adjudicárselas a otros. Dicho de otro modo, las personas con tendencia a creer en estas teorías se involucrarían en esas conspiraciones si estuvieran en el lugar de los supuestos conspiradores. Según esta posibilidad, las depravaciones sexuales de las que son acusadas “las élites que controlan el mundo” serían una proyección de las propios vicios latentes de los acusadores.
Pero, vamos, que no digo que creer que Kennedy fuera asesinado por la Mafia no te convierta en un vicioso. Que las razones para ser seguidor de estas elaboradas leyendas urbanas no se pueden simplificar en una única razón.
Por culpa de mi cerebro reptiliano
David Icke, el que dice que le planeta está controlado por reptiles extraterrestres, se está convirtiendo en mi conspiranóico favorito. Resulta que la parte reptiliana de mi cerebro es la que me convierte en un descreído de todas las papanatas que tipos como él sueltan:
Mensajes Subliminales Disney
Mirar una nube y ver en su forma una cara es algo bastante normal. De hecho, somos lo que somos precisamente porque nuestro cerebro es capaz de encontrar patrones en la naturaleza, lo que nos ayuda a dar sentido a lo que nos rodea.
Conspiranóicos del mundo, un poquito de por favor.
De la Ficción a la Conspiración
Una historia nace para ser contada como simple entretenimiento: seres de otros planetas vienen a visitarnos o a invadirnos, como en “La Guerra de los Mundos” de H.G. Wells, publicada en 1898. Lo de si los extraterrestres existen es una idea atractiva, fruto del despertar que supone darnos cuenta de que el Universo es inmenso y lleno de posibilidades. El principio del siglo XX ve como las revistas de Ciencia Ficción se multiplican y se llenan de hombrecitos verdes y naves espaciales. Esta imagen, por ejemplo, es de una revista de 1929:

En 1947, poco después de la peor guerra en la historia de la humanidad, del inicio de la era atómica, se producen los primeros avistamientos de platillos volantes, de OVNIs. Desde entonces miles de personas dicen haberlos visto, ser contactados, abducidos o incluso violados por seres extraterrestres.
Una idea nacida para el entretenimiento o el desafío intelectual se convirtió en una realidad virtual para los millones de personas que creen que somos visitados o incluso controlados por los aliens, en una pseudociencia infestada de charlatanes que confunden la imposibilidad de negación de las ideas más peregrinas con pruebas irrefutables de su existencia.
Vamos a un pasado más reciente, uno en el que muchos de nosotros hemos formado parte. Años ochenta, serie de televisión que fascinó a los de mi generación: V. El planeta es invadido por una raza extraterrestre de lagartos, con Diana como malvada principal, aquella que se zampaba los ratones de un bocado.

Casi veinte libros después, hoy en día es un conferenciante con miles de seguidores en todo el mundo, que verdaderamente creen en sus visiones apocalípticas, conspiranoicas, en su mejunje de ideas prestadas de las más diversas y extravagantes fuentes (en sus libros más recientes, por ejemplo, llega a incorporar elementos de la película The Matrix).
Más allá de lo preocupante que puede ser que una persona con algún tipo de desorden mental obsesivo-compulsivo pueda llegar a tener una legión de seguidores en Internet y de paso ganarse la vida muy bien, lo interesante es ver como las creaciones mentales, los memes, por muy ridículos que puedan llegar a ser, si son lo suficientemente atractivos, si tienen un “mercado”, se propagan, son infecciosos, mutan, se reproducen y algunos, los más aburridos, mueren.
Objetos perdidos
“A la gente le encantan las teorías conspirativas, son muy atractivas. Sé que alguna vez alguien volará de vuelta y levantará esa cámara que dejé allí arriba”.
