«Cuando tenía 21 años ganaba cifras de 6 números por semana. Cuando tenía 23 me compré un Ferrari. Era una locura». dijo el actor Michael J. Fox alguna vez. Y es que esto del Ferrari forma parte del cliché de la riqueza. ¿Tienes mucho dinero? Te tienes que comprar un Ferrari.

«Todo el mundo sueña con conducir un Ferrari, esta ha sido mi intención desde el principio«, dijo Enzo (1898-1988) en su momento, legendario piloto, fundador de la escudería de Fórmula 1 y de la marca de coches Ferrari. A lo que habría que añadir: contribuyente al inconsciente colectivo de la humanidad.

El Inconsciente Colectivo es un término que acuñó el psicólogo Carl Gustav Jung (1875-1961), «que hace referencia a las estructuras de la mente inconsciente compartidas entre los miembros de la misma especie. Según Jung, lo inconsciente colectivo humano está poblado por instintos y arquetipos: símbolos universales como la gran madre, el viejo sabio, la sombra, la torre, el agua, el árbol de la vida y otros«. Creo que no añadió el «Ferrari» a la lista, pero supongo que podría haberlo hecho. A lo mejor es que no le gustaban las carreras de coches.

A mi no tampoco. Lo de las carreras de coches, digo. Y no estoy especialmente interesado en los coches, ni de lujo ni de no lujo. Si pudiera evitarlo, no conduciría. Para mí no es más que un medio de transporte. Y si me dan a elegir, elijo el tren. O quizás el caballo, aunque la verdad es que nunca he montado a caballo.

Pero da igual que yo no quiera un Ferrari, el caso es que reconozco el cliché porque lo he mamado a través de las influencias y los mensajes explícitos y subliminales de las películas, de la publicidad, y de los medios de comunicación. Aunque no hayas visto un Ferrari en tu vida, en esta parte del globo sabemos lo que es un Ferrari.

«Todo el mundo sueña con conducir un Ferrari, esta ha sido mi intención desde el principio«, dijo Enzo. Lo que en realidad quería decir era «Embutir mis Ferraris en el Inconsciente Colectivo de la humanidad, esta ha sido mi intención desde el principio«. Lo que pasa es que de la misma forma que a Carl no le gustaban las carreras de coches, a Enzo no le gustaba la psicología y no debieron coincidir para ponerse de acuerdo.