Descubrimos que el sol no gira alrededor de nosotros.
Descubrimos un Universo infinito, con más estrellas que granos de arena en todas las playas de toda la Tierra.
Descubrimos un mundo microscópico, de seres diminutos que han estado con nosotros desde siempre, y nosotros no lo sabíamos.
Descubrimos que somos el fruto de una lucha en la que solo sobreviven los más aptos.
Descubrimos un mundo cuántico, de gatos que están vivos y muertos a la vez, más pequeño y confuso de lo que nunca hubieramos imaginado.
Descubrimos unos mundos virtuales y selfies al alcance de unos clicks, sucedáneos de una realidad que no se ajusta a nuestros gustos.
Descubrimos una inteligencia artificial que más pronto que tarde nos transformará y nos sobrepasará.
Descubrimos que la realidad siempre esconde una nueva sorpresa.
Que el suelo que pisamos se desvanece a menudo.
Que nunca nada es lo que parece.
Que la vida que vivimos es un Macguffin.
Hitchcock explica la expresión «Macguffin» en el libro-entrevista con François Truffaut «El cine según Hitchcock»:
«La palabra procede de esta historia: Van dos hombres en un tren y uno de ellos le dice al otro “¿Qué es ese paquete que hay en el maletero que tiene sobre su cabeza?”. El otro contesta: “Ah, eso es un McGuffin”. El primero insiste: “¿Qué es un McGuffin?”, y su compañero de viaje le responde: “Un MacGuffin es un aparato para cazar leones en Escocia”. “Pero si en Escocia no hay leones”, le espeta el primer hombre. “Entonces eso de ahí no es un MacGuffin”, le responde el otro»