No es lo que ves

Pensamos que el mundo es lo que vemos y lo que tocamos. Tendemos a ser como el apóstol que metió el dedo en una de las heridas para comprobar que aquel tipo era su Dios.

Pero se nos olvida que el mundo nos rodea de cosas que escapan a nuestra vista, como los seres microscópicos que hasta anteayer no sabíamos ni que existían; o los protones, electrones, partículas cuánticas de las que todos estamos hechos; o las ondas electromagnéticas que pululan por el espacio que son capaces de contener historias y que por arte del birlibirloque se manifiestan en nuestros televisores en una película; o estrellas y galaxias cuya luz nunca nos alcanzará porque están más allá del horizonte cósmico.

Y es que se nos olvida que la realidad no la ves, la realidad la imaginas.