Ganar $100.000 dólares al día.
¿Te imaginas? Una barbaridad, probablemente innecesaria, porque uno no sabe ni como utilizar tanta pasta… Ganar esa cantidad de dinero todos los días de tu vida. ¿He dicho tu vida? No, supongamos que eres un semidios y vives 2.000 años, que eres un “Bryan” que nació al mismo tiempo que Jesucristo, y has estado los dos últimos milenios danzando por aquí y por allá, ganando $100.000 dólares al día…
Pues, aquí viene el “ta-chán” de este comentario:
Todo ese dinero que hubieras ganado durante 2025 años sería todavía menos que el valor de la fortuna de Elon Musk.
Sí, lees bien, de hecho sólo habrías ganado el 20% de su fortuna, estimada en torno a los $400.000 millones de dólares. En realidad, «Bryan» tendría que ganar unos $500.000 al día para igualar a Musk.
(Las matemáticas de esto:
365,25 días al año x 2025 años = 739.556 días
$400.000 millones / 739.556 días = $540.865)
Algo huele mal en Dinamarca. El sistema en el que vivimos crea desigualdades abismales que la globalización está maximizando de forma obscena.
Según un informe de Oxfam de 2024, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 95% restante. También nos decía en 2020 que la fortuna de las cinco personas más ricas del planeta se había más que duplicado, mientras que la riqueza acumulada del 60% de la población mundial, es decir, cinco mil millones de personas, había disminuido
Y encima, el sistema coloca en la cúspide a personajes como Elon Musk, que cada vez se parece más a uno de esos villanos de James Bond, megalómanos excéntricos de fortunas incalculables, con planes absurdamente ambiciosos y una falta total de escrúpulos, que quieren destruir el mundo tal y como lo conocemos para reconstruirlo según su propia visión.
Nunca me acabaron de gustar las pelis de James Bond porque esos villanos me parecían tan irreales… Pero estos días me pregunto si habrá algún número al que poder llamar y decir “James, te necesito”.
Aunque, claro, Bond como mucho lograría, tras un buen número de absurdas peripecias, neutralizar al villano, pero ¿quién arregla el sistema? ¿A quién tenemos que llamar?