Unidad 731

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   Shirō Ishii murió en 1959, junto a los suyos, a pesar de haber dirigido uno de los centros de experimentación humana más abominables de la Historia de la Humanidad, la Unidad 731.

  Cuando los americanos, tras vencer a los japoneses en la Segunda Guerra Mundial, descubren las evidencias de los horrores cometidos allí, las consideran tan «valiosas», «nunca podrían haberse obtenido en los Estados Unidos debido a los escrúpulos en todo lo relacionado a los experimentos humanos», que deciden conceder inmunidad a todos aquellos que participaron a cambio de su colaboración.

  Los Nazis y los Norcoreanos también practicaron macabros experimentos con «pacientes» que si lograban sobrevivir a las salvajadas, eran muchas veces ejecutadas.
  Barbaridades que pueden suceder si consideras a otros seres humanos como inferiores.