De la misma forma que pongo por delante al huevo (cosas de la evolución, los huevos existían antes que las gallinas), entre eficacia y eficiencia también hay uno que va delante.
La eficiencia se centra en los recursos que utilizas para lograr un objetivo. La eficacia se centra en si logras el objetivo. En una empresa son conceptos importantes pero difíciles de gestionar, por lo contradictorios que pueden llegar a ser. La eficiencia contribuye a conseguir beneficios, especialmente en el corto plazo, pero es en la eficacia donde se esconden los verdaderos saltos cualitativos que generan crecimiento.
Por mi parte, si hay que elegir, la eficacia va siempre por delante de la eficiencia.