Ser el rey de uno de los territorios más pobres del planeta no es que sea la bomba. Si encima tu reino, Bechuanaland, es un protectorado del tamaño de Francia dominado por los británicos y sudafricanos, pues la cosa no mejora. A todo esto añádele las reacciones que genera el que te cases con una persona de otra raza, hasta el punto de que te obligan a exiliarte de tu país si no renuncias a tu matrimonio.

¿Qué hacer en esta situación? Renunciar a tus derechos al trono para que te dejen volver a tu país, involucrarte en su política, conseguir de forma pacífica la independencia de Gran Bretaña y convertirte en el primer presidente de la nueva república, a la que desde ese momento se le va a llamar Botswana.

Una vez presidente, gobiernas y lo haces bien, tan bien que durante esos años Botswana se convierte en el país de mayor crecimiento del mundo, el país con mayores índices democráticos de la África continental, con los niveles más bajos de corrupción de su continente, desarrollas las infraestructuras, la sanidad, la educación…

Todo esto es lo que consiguió Seretse Khama, una figura histórica que debería ser mucho más conocida, una persona que logró cosas increibles en un contexto verdaderamente difícil. Yo lo acabo de conocer a través una película algo pastelona, A United Kingdom, pero este personaje merece mucho más, merece que todos sepamos quien fue y lo que representa.