Idealismos en Filadelfia

Philadelphia, PA - October 17, 2018: Larry Kranser, the current Philadelphia's District Attorney poses for a portrait inside of his office in the Office of the District Attorney near City Hall in Center City on October 17, 2018. In November 2017, Philadelphia elected Larry Krasner, a progressive civil rights lawyer, as District Attorney. During his first year in office he quickly became the model for a new type of progressive prosecution, advertising unwavering platforms of change. He found himself at odds with the Philadelphia Police Department, judges, Republican legislature and even his own attorneys, ushering in a new age of criminal justice reform in Philadelphia -- a city that not long ago had the highest rates of incarceration per capita amongst the 10 largest cities in the US. Photo: Christopher Lee / VII Mentor Program

Filadelfia, una de las ciudades con mayor número de personas enviadas a la cárcel de Estados Unidos, eligió en 2017 como fiscal a uno de los abogados denfensorers más prominentes, Larry Krasner.

Su planteamiento era cambiar la forma de trabajar de la fiscalía: no pedir cárcel para delitos menores, como posesión de marihuana o prostitución, reducir drásticamente la petición de fianzas, no pedir la pena de muerte, revisar posibles casos en los que los sentenciados fueran inocentes… La intención de toda esta nueva dinámica es que la fiscalía no contribuya a la vulnerabilidad de las clases más pobres y ahorrar dinero que el gobierno pueda utilizar en acciones más positivas (tener a una persona en la cárcel cuesta alrededor de $40K al año).

Después de tres años a cumplido con parte de lo que ha prometido en un contexto en el que el número de homicidios ha subido en 2020 (un año impactado por una pandemia y los efectos socio-económicos que ello conlleva). Seguramente es pronto para comprobar si todas estas medidas están teniendo un efecto positivo, algo que no es fácil porque las acciones de la fiscalía son sólo parte de una película en la que intervienen muchos otros factores, pero la dinámica que crea tiene que ser positiva (o eso espero).

Y esto a pesar del peligro de los idealismos llevados a la práctica. Una de las críticas que han surgido de dentro es de alguna personas que ha dejado el equipo de Larry Krasner, desencantados por lo caótico de su liderazgo en el día a día. Algo de esto puede entreverse en el documental «Philly DA», que cuenta los primeros años de su gestión. Parece ser que Larry Krasner ha permitido a un equipo de televisión seguir muchas de sus reuniones internas, en un intento de ser lo más transparente posible. En una de estas reuniones se ve a uno de sus ayudantes pedir de forma reiterada a un grupo de fiscales que encuentren la forma de reducir el ingreso de jóvenes en centros de detención de menores a dos al día. Los fiscales le presentan algunas ideas pero éstas no parecen ser suficientes para el ayudante de Larry Krasner y, frustrados, le preguntan que otra cosa pueden hacer. El ayudante, sin argumentos claros, sólo dice que tienen que reducir el ingreso de jovenes a dos al día. Y, vale, está bien tener objetivos ambiciosos para mejorar las cosas, pero del «qué» queremos hacer tenemos que pasar al «cómo», porque si no es como decirle a un médico que tiene que curar un cáncer terminal sin más. Está claro que queremos acabar con el cáncer, pero para hacerlo hace falta investigar y desarrollar métodos que lo consigan, sólo con las buenas intenciones no basta y hasta puede ser preligroso, porque puede llevarnos a implementar medidas que al final son dañinas.

Así que cuidado con los idealismos, que los carga el diablo, pero espero que en este caso el bueno de Larry triunfe en Filadelfia.