Jeanne Pouchain, una mujer francesa de 58 años, lleva desde 2017 luchando con la Administración para que la declaren… viva. Debido a una disputa judicial con una ex-empleada, esta mujer fue declarada muerta debido, parece ser, a que evitaba responder a las acusaciones con el fin de no pagar daños y perjuicios. Un error, la mujer está viva, y tras 4 años de zafarse entre los vericuetos de burocracia francesa sigue, oficialmente, muerta.
Acabará por resolverse, en principio no es más que una anécdota kafkiana, pero… El mundo hacia el que avanzamos es un mundo virtual en el que nuestra presencia física queda reducida a la mínima expresión. Prácticamente todo podemos hacerlo desde un ordenador o un teléfono, desde comprar un billete de avión a tener una video-llamada con tu médico para que te diagnostique problemas menores. En un mundo como éste nuestra identidad se ve reflejada en las transacciones virtuales que efectuamos y tecnologías que ya están aquí, como los videos deep-fake, darán oportunidades a todos aquellos que quieran aprovecharse del sistema.
En este mundo que se avecina, saber quién está vivo y quién está muerto no va a ser un problema menor.