Hoy en día todos estamos en un puñado de grupos de Whatsapp. Algunos son más activos que otros, con amigos compartiendo memes la mayor parte del tiempo poco graciosos, o felicitando los cumpleaños, o preguntando o comentando sobre esto o aquello. Y el denominador común para mí es que participo en ellos entre poquísimo o nada. Lo que me convierte, supongo, en un soso «virtual», o «electrónico», o lo que sea. Pero es que… no me va contar nada por ahí. Qué le vamos a hacer, me va más lo de quedar a tomar un café o una cerveza y entablar una conversación que mandar emoticonos.
Soseras virtual
