«Cásate Cásate y te arrepentirás, no te cases y también te arrepentirás; casarse o no casarse, te arrepentirás de todos modos; te cases o no te cases, lo lamentarás. Ríete de las absurdidades del mundo y te arrepentirás; llora por las absurdidades del mundo y te arrepentirás; te rías o llores te arrepentirás igualmente; tanto si te ríes de ellas o bien llores por ellas lo lamentarás de todos modos. Confía en una muchacha y te arrepentirás; no le des confianza y te arrepentirás igualmente; le des o no le des confianza te arrepentirás en ambos casos; tanto si le das confianza como si no se la das lo lamentarás. Ahórcate y te arrepentirás; no te ahorques y te arrepentirás, te ahorques o no te ahorques, lo lamentarás; tanto si te ahorcas como si no lo haces, lo lamentarás de todos modos.»
Un fenómeno el tal Soren Kierkegaard, que también dijo:
“La vida no es un problema a resolver, sino una realidad a experimentar.”