Supersticiosos innatos

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La palabra «sortilegio» deriva del latín «sortis«, suerte, y «legere«, leer. El sentido actual está en el espectro que ocupan las palabras «hechizo» y «videncia», y está relacionado con la práctica de la adivinación del futuro mediante artes mágicas.

Se trata de encontrar relaciones causales entre diferentes sucesos, antes de la invención del método científico. Leer las entrañas de un ser para saber como van a ser las cosechas en los meses venideros puede parecer puro pensamiento mágico, pero en su origen pudo tener su lógica: ver el color de las entrañas de un pez para relacionarlo con la calidad de las aguas del río, y a su vez conectarlo con el impacto que pueda tener en la cosecha. Pero esta lógica se pierde con el tiempo y lo que queda es el ritual y la superstición.

Miles de años después hemos mejorado los métodos, tenemos satélites que monitorizan el movimiento de las nubes y la evolución de las presiones atmosféricas, analizamos la composición química del agua o el adn de los peces, pero a pesar de todo not nos hemos desembarazado por completo de nuestras tendencias al ritual y a la superstición, como cuando tocamos maderas, evitamos los gatos negros, el número 13 (o el 4), pasar por debajo de escaleras, cruzamos los dedos, llevamos amuletos o nos ponemos prendas de la suerte, rezamos a éste o aquel santo.

La supuesta racionalidad con la que nos investimos es una máscara que esconde nuestras verdaderas tendencias.