Live. Die. Repeat.

En 1720 hubo una fiebre especulativa que hizo que la cotización de The South Sea Company se multiplicara por 10 en unos pocos meses, lo que acabó por estallar la burbuja especulativa que se vivía en la época.

Uno de los afectados por la crisis Sir Isaac Newton (parece que perdió veinte mil libras) quien luego de la debacle afirmó: «Puedo calcular el movimiento de las estrellas, pero no la locura de los hombres».

Y aquí seguimos, trescientos años después, con la física Newtoniana rebasada por la de la Relatividad, con la física cuántica y todo eso, pero sin aprender a como evitar la avaricia especulativa nos aboque a crisis económicas, una y otra vez.