Trump a la vez, en todas partes

Esta semana tuve una reunión en el trabajo con compañeros de otra area del negocio. Y no les entendía. Y creo que ellos a mí tampoco.

A ver, me explico.

Hablamos el mismo idioma y eso. Por ahí no va la cosa. Era más algo sobre los «esquemas mentales» que tanto ellos como yo tenemos. Que no cuadraban. Cuando ellos decían «amarillo» yo decía «guitarra»; si intentaba hablar de esto, ellos hablaban de lo otro; ellos bromeaban de cosas que no yo pillaba; mencionaban palabros que no tenían sentido para mí, de la misma forma que notaba en sus rostros su extrañeza por algunas de las cosas que yo decía. Todo muy amigable, buena gente, pero acabé la reunión pensando que vivimos en realidades paralelas, como si el mundo de la película Todo a la vez en todas partes fuera cierto y aquella reunión hubiera sido un choque entre dos de esos mundos (en el link que he puesto le dan 3 estrellas, poco, muy poco, para mí es un 5 como la copa de un pino, pero que conste que a mí me molan todas esas m*****s).

Y, bien mirado, seguramente tenemos que enfrentarnos a lo que nos rodea así, pensando que buena parte de la gente tiene un esquema mental tan diferente al nuestro que es como si vivieran en una relidad paralela. Si no, a santo de qué alguién tiene los santos huevos de, por ejemplo, votar a Donald Trump. Pues porque tienen la mala suerte de que les ha tocado, en la lotería de los universos paralelos, el mundo en el que se ve al hombrecillo naranja ese como un adalid de la libertad… Que ya es mala suerte que te toque ese mundo de m****a.

O no. Seguramente he soltado otra gilipollez en este post. Cosas del «bap» de huevo y salchicha que me estoy metiendo entre pecho y espalda en esta mañana de sábado, acompañado de un café americano… Americano… ¿de ahí el link con Trump?

Mejor lo dejo aquí, no vaya a ser que siga con otra rayada… Agur.