El Infinito y tu Biografía

Esta mañana me he encontrado con unas anotaciones que hice de unos pasajes del libro La Inmortalidad, de Milan Kundera (capitulo 14) cuando lo leí hace dos o tres años:

«… ningún episodio está a priori condenado a seguir siendo para siempre episodio, porque cualquier acontecimiento, aun el más insignificante, esconde dentro de sí la posibilidad de llegar a ser antes o después la causa de otros acontecimientos y convertirse así en una historia o una aventura».

(…)

«Si nuestras vidas fueran infinitas como la vida de los dioses antiguos, el concepto de episodio perdería sentido, porque en lo infinito cualquier acontecimiento, aun el más insignificante, encontraría su consecuencia y se desarrollaría hasta formar una historia».

(…)

«Biografía: cadena de acontecimientos que consideramos importantes para nuestra vida. Pero ¿qué es importante y qué no lo es? En vista de que no lo sabemos (y de que ni siquiera se nos ocurre plantearnos una pregunta tan estúpidamente sencilla) aceptamos como importante lo que consideran importante los demás, por ejemplo el empresario que nos obliga a rellenar unos formularios: fecha de nacimiento, profesión de los padres, estudios, cambios de empleo y lugar de residencia (en mi antigua patria añadían: pertenencia al partido comunista), bodas, divorcios, nacimiento de los hijos, enfermedades graves, éxitos, fracasos. Es terrible pero es así: hemos aprendido a ver nuestra propia vida según la visión que de ella nos dan los formularios buricráticos o policiales».

Desde luego, La Inmortalidad no es una novela «normal», la trama es más bien una excusa del escritor para dar rienda suelta a sus elucubraciones metafísicas y dejar por doquier perlas como estas.

La percepción de nosotros mismos está influenciada por los demás y por el espacio temporal que ocupamos. Los pequeños episodios y anécdotas esconden grandes historias. No está de más recordarlo, por si queremos rebelarnos contra ello.