Los Illuminati fueron un grupo de masones que existieron realmente en la Bavaria del siglo XVIII, que un par de escritores de Playboy eligieron para diseminar ideas conspiratorias a través de las sección de cartas enviadas por los lectores a su revista.

Lo hicieron porque formaban parte de un pequeño grupo de pensadores que seguían los principios de una broma llamada “Discordianismo”, una parodia de religión en la que se desarrollaban ideas que se enfrentaban al poder establecido, en aquellos revolucionarios años 60. Y eligieron el grupo de los Illuminati por lo ridículo del planteamiento: ¿quién iba a creerse que un grupo de masones de Bavaria del siglo XVIII controlaban, dos siglos después, el mundo?

Era la época de asesinatos de figuras públicas en Estados Unidos, de la rebelión contra el poder establecido, de Vietnam, del rock & roll y el LSD, un momento y un lugar fértil para la propagación de cualquier tipo de idea. Cualquiera. Incluso la ridícula idea del grupo de masones de Bavaria… Y ahora estamos en el 2021, más de 50 años después, con la broma de los Illuminati bien asentada en la cultura popular, con libros, películas, documentales y horas y horas de YouTube dedicadas a esta conspiranoia.

La verdad es que, como broma, se puede decir que ha triunfado.