Vivo en un pequeño pueblo en mitad de la campiña inglesa. Para hacer las compras semanales de comida tenemos que desplazarnos en coche al menos veinte minutos, para ir a Cirencester o Chippenham, y para necesidades menos habituales el desplazamiento es de media hora o cuarenta minutos, para ir a Bath, Bristol o Swindon.
Así que en este contexto nos viene muy bien lo de Amazon Prime. Pides desde tu móvil lo que necesitas, te llega al día siguiente. Así de simple.
Pero esta conveniencia tiene un impacto que va más allá de aspectos laborales o medioambientales. El efecto psicológico de recibir lo que compras al día siguiente deja huellas en nuestras expectativas: quiero algo y lo voy a tener (practicamente) ahora. ¿No nos hace esto un poco más exigentes, un poco más caprichosos, un poco más impetuosos? ¿Existe un riesgo de trasladar estas expectativas que «lo quiero y lo quiero ahora» a otras facetas de nuestras vidas? ¿Qué efecto tiene esta dinámica en las relaciones de pareja, en las relaciones con nuestros amigos, con nuestros compañeros de trabajo?