En las grandes organizaciones es muy fácil perder de vista el sentido de las cosas. Cada departamento se centra en sus propios objetivos sin entender realmente como estos afectan al fin último de la organización.
En una organización pequeña es más fácil ver como el esfuerzo de uno contribuye al resultado final, entre otras cosas porque una misma persona suele actuar con varios roles a la vez.
La especialización contribuye a la eficiencia, pero el exceso de especialización es contraproducente.