«Más sólo que la una» es una de esas expresiones que decimos habitualmente que no parecen tener un origen concreto. Pero lo tiene.
Iñaki Launaguerregaray, conocido como Laúna, se presentó a finales del siglo XIX a las elecciones de su pueblo, Ondarría. Se presentó de forma independiente, sin afiliación a ninguno de los partidos del momento. Sus adversarios se mofaron de él con la expresión «más sólo que Laúna» y él, viendo una oportunidad propagandística en ese eslogan, lo adoptó con orgullo como suyo.
Laúna acabó perdiendo las elecciones, pero el eslogan perduró y los seguimos utilizando hoy.