Talibanes vs Tarantino

Lo de Aganistán es una situación frustrante. Que los talibanes, esos malos malísimos, se hagan otra vez con el país nos enerva, pero al mismo tiempo el espíritu pacifista/buenista que las sociedades europeas tienen dentro les impide pedir a sus paises que envíen ejercitos para impedirlo. ¿No se encargaban los americanos de ese trabajo sucio? Pues los americanos se han cansado de ser el primo de Zumosol y a los europeos no les queda otra que la pataleta.

El Tarantino que todos llevamos dentro nos pide arrasar con esos talibanes, de la misma forma que el genial director zurra a los nazis, a los negreros, a los vampiros o a los psicópatas en sus películas.

Pero, claro, es que Tarantino también es norteamericano.