Éste es uno de esos artículos que lees por la mañana tomando el café y piensas «joer, la verdad es que… es lo que hay…».
El título es «Debería haber escuchado a mi padre con lo de Afganistán», y cuenta como en 2001 el periodista norteamericano debatió con su padre sobre lo que hacer tras conquistar Afganistán. El padre dijo «el ejercito americano tiene que dejar el país inmediatamente». Pero, ¡si lo acabamos de conquistar, si nos vamos los talibanes volverán!, resplicaba el hijo, a lo que el padre respondio con un «sí, es posible».
Hay que tener en cuenta que el padre era un experto en relaciones internacionales, vivió un tiempo en Afganistán y hasta aprendió una de las lenguas locales. Vamos, que sabía de lo que hablaba. Y su padre sabía que Afganistán es el nombre que le damos a una región determinada, pero no es un país tal y como lo entendemos en Occidente, sino un mosaico de tribus que han demostrado a lo largo de la historia que no aceptan injerencias extranjeras.
La conclusión del padre era que no estamos obligados a intentar algo (llevar la democracia y la igualad de derechos a Afganistán) si es imposible de llevar a cabo, el concepto kantiano de «deber implica poder»: «…para afirmar que debo realizar una acción es que esté a mi alcance realizarla. Si no está incluida entre los medios que están a mi alcance, no tiene sentido exigirla«.
Y como gobernar a los afganos es cosa de locos, allá ellos con su mecanismo… ¿Y si se convierte en un santuario de terroristas? Pues se les bombardea otra vez. ¿Y qué hacemos con los derechos de las mujeres? Presión internacional, medidas económicas…
En fin, que el padre del periodista éste (y Kant) tienen su parte de razón… ¿o no ?