En biología no está perfectamente definida la linea que separa las especies, es una línea que ha ido cambiando a lo largo de los años. Actualmente, a grandes rasgos, se considera que un grupo de seres vivos son de la misma especie si se pueden reproducir y su descendencia es fértil. Esto hace que los lobos y los perros sean técnicamente de la misma especie, o los osos polares y los osos grises, porque cuando se encuentran, digamos que en un ambiente romántico, a los pocos meses quedan evidencias de esos momentos. Al mismo tiempo, existen salamandras que son idénticas pero su información genética es diferente y no pueden aparearse.
La classificación de los seres vivos en grupos es una construcción humana, por lo que cualquier línea que dibujemos será imperfecta. De hecho Darwin pensaba que esta dificultad para agrupar a los organismos era un indicio de que el mundo no es una creación divina sino que cambiaba, muy lentamente, a lo largo del tiempo.
Porque si existiera un Dios, ¿no habría creado los seres vivos con un poco más de orden? Esto, claro, suponiendo de que hablaramos de un Dios organizado y meticuloso, no valdría para la posibilidad de que ese Dios fuera, simplemente, un patán.