El camino hacia la complejidad necesita de tiempo, mucho tiempo, e innumerables errores. Así es como la Evolución ha conseguido que las ratas ciegas vuelen, que unos repitles sin patas puedan comerse un ciervo, que microscópicos tardígrados puedan sobrevivir en el espacio o que unos monos sin pelo lleguen a la luna. Todo esto basándose en un mismo proceso basado en la paciencia, en la prueba y el error y una cruel impasibilidad.
Falla y vencerás (si le das tiempo)
