Al otro lado del espejo

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Imagina que te miras al espejo. Pero no es un espejo realmente, es una simulación virtual de tí mismo, así que no sólo te ves reflejado, también puedes hablar con tu simulación, debatir con él, jugar a, por ejemplo, el ajedrez.

En principio podría parecer que una conversación contigo mismo no puede revelarte nada nuevo, ¿no sería lo mismo que lo que haces cuando piensas en algo? Pero esta simulación de tí podría utilizarse para ver cómo reaccionarías en determinadas situaciones. Podría poner a tu doble virtual en situaciones hipotéticas y virtuales en las que tiene que liderar una reunión de trabajo, pedir salir a una chica, salvar a los rehenes que han sido atrapados en un robo… Tu doble virtual se podría comportar como un cobarde y no ser capaz de enfrentarse a los ladrones, o morir valientemente en el intento de salvar a los inocentes. Tras multitude de intentos, de pruebas y errores, aprenderías jugando con tu yo alternativo, o te deprimirías porque no dejaría de defraudarte una y otra vez…