Una misma persona puede ser arrastrada por la muchedumbre para gritar consignas violentas o participar en una ONG que ayda a los más necesitados. Las circunstancias nos colocan en un grupo u otro, nacemos en determinadas familias, regiones, países, grupos de amigos, equipos de fútbol, casales falleros, colegios y aulas. Y dentro de esa maremágnum que no hemos elegido disfrutamos de cierta capacidad para elegir nosotros mismos: sí o no a determinados amigos, a qué estudiar, en qué trabajar, qué música escuchar, que leer, a quien votar…
Somos sólo unas hormigas en un hormiguero, pero unas hormigas que, dentro de lo que cabe, pueden elegir entre los hormigueros de los alrededores.