En 2008 el programa de Buenafuente creó el personaje de Rodolfo Chikilicuatre y logró que su canción «Baila el Chiki Chiki» fuera elegida como representante de España para Eurovisión, en una elección en la que el voto popular tuvo un papel decisivo. Y no quedó mal, puesto 16, para lo que vienen a ser las actuaciones de España en este certamen. Y, por cierto, a mi me gustó mucho este personaje, la canción y todo el follón que organizó.
De la misma forma que Buenafuente aprovechó las normas «democráticas» de la elección de la canción para meter una opción «populista», Putin ha estado metiendo cizaña durante la última década para lograr subir al poder a los candidatos que más que le interesaba. Y el exponente más claro de que lo consiguió fue Donald Trump, un impresentable que gobernó durante 4 años la nación más poderosa de la tierra y estuvo a un paso de gobernar otros 4. Un Chiquilicuatre de la política, en este caso menos gracioso ya que no se trataba de un concurso de música para pasar el rato, se trataba de algo un poco más serio.
Y Putin sigue a lo suyo, metiendo cizaña con Ucrania, aprovechándose de las debilidades de unas democracias corroídas por el populismo, una generación deprimente de políticos y una pandemia que las ha dejado como un boxeador sonado.