Todos somos Truman (y los actores que le rodean)

Truman no sabe que todos los que le rodean son actores, vive su vida como si fuera real pero todo es una farsa, un enorme decorado en el que las personas que le rodean están interpretando un papel.

¿Interprentando un papel? ¿No lo hacemos todos? Todos, de alguna forma, estamos actuando cada día con diferente roles: el de padre, el de amigo, el de amante, el de trabajador… No somos la misma persona en cada uno de esos registros. ¿Cuál de esos «yos» somos? ¿El cariñoso pero algo autoritario cuando hacemos de padre, o el dócil y sufrido cuando hacemos de empleado? ¿El vulgar y superficial cuando estamos con los amigotes, o el atento y considerado cuando estamos con nuestra pareja?

A lo mejor todos somos Truman y secundarios al mismo tiempo. Somos el centro de un gran escenario en el que estamos rodeados de actores que interpretan sus papeles, pero al mismo tiempo somos uno de esos intérpretes secundarios que actúan alrededor de otros protagonistas, en una sucesión infinita de culebrones que se retroalimentan.

Y claro, con tanto follón, pues normal que nos hagamos la picha in lío…