9 meses es el tiempo habitual que transcurre entre el momento mágico en el que el óvulo se encuentra con un espermatozoide y el nacimiento de un ser humano. Y el ¿cuántos años tienes? lo referenciamos a este último acontecimiento, no especialmente elegante, en el que vemos la luz por primera vez. Pero, en cierto sentido, a nuestra edad le podríamos sumar 9 meses más si nos retrotraemos al momento de la concepción.
Y así ha sido desde que el ser humano apareció por la faz de la Tierra. Hasta ahora. Porque hoy en día es posible congelar embriones en los tratamientos de fertilización in vitro, en los que se fecundan múltiples óvulos pero sólo se utilizan parte de ellos con el fin de evitar embarazos múltiples. ¿Y por cuánto tiempo se pueden conservar? Técnicamente de forma indefinida, y legalmente, depende de los paises: en Reino Unido 10 años, en España no se especifica. ¿Conclusión? Se puede dar el caso de que una persona que nazca hoy pueda haber sido concebida hace varios años.
En principio no pasa nada, si esa persona se toma un café en un bar no ibamos a darnos cuenta de esta paradoja. Pero, claro, si la tecnología lo permite podemos imaginarnos un futuro en el que nazca una persona que fue concebida 1.000 años antes; o dos embriones gemelos, uno que fue utilizado en el presente, otro 20 siglos después.
O una potencial solución a la salvación de nuestra especie en el caso de que un meteorito pueda destruir nuestro planeta. Sólo tenemos un puñado de cohetes en los que salvar a unos pocos cientos de personas, ¿qué hacemos? Existe la posibilidad de congelar embriones de forma masiva, de esta forma las naves, además de transportar a las pocas personas con los conocimientos y la experiencia necesaria para surcar el espacio, podrían transportar millones de embriones que podrían ser re-activados cuando las circunstancias lo permitieran. Tú la palmas, pero un pedacito de tí podría ver la luz en algún planeta lejano dentro de miles de años.
Oye, que para una sábado por la mañana bien tempranito se me está yendo muy pronto la olla. Mejor dejo aquí esta irreflexión…