Las tuberías de las Termas

«Hijo, tú aprende a manejarte bien con la espada, que como centurión uno se gana muy bien la vida«, le debían decir los padres a sus vástagos hace dos mil años. O «Tú métete a cura, que mira que gordos y que hermosos están los cabrones«, le diría una madre a su retoño en el siglo XII. «Telegrafista, hijo, telegrafista, ahí está el futuro«, afirmaba con autoridad el abuelo mientras le pasaba un manual de «Morse para Torpes» a su nieto. En mi época era meterse a trabajar en un banco, porque a mis padres siempre les parecieron muy respetables esas personas que te gestionaban los dineros.

Hoy yo trabajo en algo que no existía realmente cuando era un niño (en la «cosa de los datos«) y la verdad es que no tengo muy claro qué decirles a mis hijos… Lo de programar y eso… ¿o influencers?… ¿Fontanero?… La verdad es que conozco un fontanero que se ha comprado varias casas y se va de vacaciones cada dos por tres, vive como un marajá… ¿Es posible que de los romanos a esta parte los fontaneros hayan sido los reyes del mambo, ahí, a la chita callando?…

Pues a lo mejor.