La sociedad en la que vivimos está montada de una forma en la que todos pagamos por un «a lo mejor«, o mejor dicho, un «a lo peor«. Hablo de los seguros. Que si el del coche, que si el de la casa… y el que más yuyu da: el de vida.
Contratar un seguro de vida tiene su aquel, porque lo de que tienes que asignarte un valor monetario. ¿A cuánto se paga este pedazo de cuerpo serrano que tengo? Personalmente, me considero un cacho de cuerpo con ojos con un valor incalculable, pero supongo que es cosa de mi subjetividad, ya que el seguro que tengo pagaría una cantidad limitada por mí. Totalmente auto-infligido, claro, que fui yo mismo el que decidió la cantidad, por la cosa de las cuotas mensuales que hay que pagar. Y por mucho que yo me quiera, pues en algún sitio habrá que poner el límite.
Pero vamos, que tengo intención de serle muy rentable a mi compañia de seguros, porque espero que no tengan que desembolsar ni un duro por mí, que de mi parte solo reciban todos los meses buenas noticias cada vez que les ingreso una nueva cuota.
En todo caso, más allá del lado siniestro de este tipo de seguros, la verdad es que, por paradójico que parezca, son toda una declaración de amor: a tu pareja, a tus hijos, porque está claro que no lo haces por tí, lo haces por ellos, porque te importan más allá de tu propia existencia. De esta forma, las compañías de seguros, a pesar de esa imagen formal, burocrática, tediosa, incluso casposa, no están lo suficientemente reconocidos como lo que son, verdaderos agentes del amor, unos cupidos que a través de sus cálculos probabilísticos son capaces de poner en valor el cariño que nos tenemos los unos a los otros: no regales flores a tu pareja, regálale un nuevo seguro en el que certifiques con muchos ceros cuánto le quieres… sin pasarte, quizás, porque el exceso podría incentivar los malos pensamientos y trastocar en tu contra la estadística.
(Creo que le voy a enviar esta entrada a Seguros Don Pelayo, Mapfre, Axa, Alliance y compañía por si alguna está interesada en desarrollar una campaña publicitaria por estos derroteros, ofertas de descuento por San Valentín…).