No sé alemán

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Esta mañana he girado por una esquina camino del trabajo y no me he encontrado con la calle Legazpi, que es la que siempre ha estado ahí. No es que hayan cambiado el nombre de la calle, es que era una calle completamente diferente, una extranjera, alemana diría yo, y de los años veinte, a juzgar por los vehículos, las indumentarias de los viandantes y las tiendas.

No le he dado mayor importancia, cosas del Universo, algún agujero de gusano, o una puerta inter-estelar mal ajustada.

He entrado en una taberna y me he tomado una jarra de cerveza que me ha servido una rubia entrada en carnes, de escote generoso, rebosante. Cuando he ido a pagar me ha dicho que no aceptaba tarjeta, que no sabía lo que era. Bueno, más bien es lo que creo haber entendido, pues no sé nada de alemán. Pero me ha dejado ir, como confiando que ya le pagaría otro día. Supongo que me ha visto tan exótico, por mi indumentaria y mi idioma extranjero, que hasta le he parecido gracioso. Buena gente.

El problema ahora es que giro una esquina tras otra pero no encuentro el camino de vuelta a casa, a nadie parece sonarle la calle Legazpi. Empiezo a temer que me he quedado atrapado en estas coordenadas espacio-temporales.

En fin, supongo que tendré que reorientar mis objetivos en la vida, a ver que hacemos si no… Lo primero va a ser encontrar algún sitio donde me puedan dar clases de alemán. Y luego, si eso, ya que estoy aquí, voy a ver si consigo evitar el auge del nazismo.