Mambrú se fue a la guerra

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Una amiga nos contaba este fin de semana que ha conocido a un grupo de mujeres ucranianas exiliadas, mujeres que tienen a maridos o hijos combatiendo en la guerra, incluso alguno de ellos ha muerto en combate.

Una muestra de como esta guerra de Ucrania es mucho más cercana, conocemos a testigos directos, la estamos sintiendo en nuestros bolsillos, el espectro de que algo mucho más gordo pueda acaecer nos saca del otrora cómodo rol de simple espectador, no es como esas guerras de Irak, Yugoslavia o Aftganistán que se veían como seriales de televisión, que nos podían indignar o sacar a la calle en una manifestación, pero que no nos ponía en la tesitura de preguntas como ¿irías tú a la guerra?

Y éste fue el debate con unos amigos este fin de semana, si ante la llamada a filas por parte de tu gobierno, estarías dispuesto a ir. Nuestra amiga decía que no, que ella cogería a sus hijos y huiría del país. Mi postura era un «depende»: si la guerra es justa, como el ser invadido o agredido por una fuerza extranjera, creo que sentiría la obligación moral de defendernos, por poco o nada que nos guste la guerra, por una cuestión de solidaridad con la gente que nos rodea.

Guerra. Algo tan ajeno a nuestro día a día pero tan normal durante toda la historia de la humanidad y tan cercano en muchos lugares del mundo. ¿No hemos aprendido nada?, preguntaba nuestra amiga. ¿No es posible resolver los conflictos de otra manera? Sí, ojalá, siempre que se pueda. Pero ¿y si no hay «tu tía»? Supongo que está relacionado con las expectativas que cada uno tengamos acerca de la Humanidad. Por mi parte creo que estamos evolucionando a mejor, pero no es una linea recta ni una evolución equilibrada, existen altibajos y desigualdades, hoy por hoy todavía tenemos energúmenos con los que no es posible negociar.

Quizás en el futuro acabemos por aprender, espero, ojalá, aunque a este ritmo pueden pasar miles de años. Mientras tanto, pues a ver como evoluciona este conflicto, espero que sean los propios rusos los que pongan orden en su país, porque si no… espero que no tengamos que plantearnos preguntas de difícil respuesta.