Este mes Netflix ha estrenado una nueva serie documental, «Surviving Death», en el que se muestran diferentes aspectos de lo que sucede cuando una persona fallece: experiencias cercanas a la muerte, contactos con espíritus a través de mediums, reencarnación…
Por ahora sólo he tenido estómago para ver buena parte del primer capítulo y las sensación que me dejan es la de decepción. Ya sé que existen programas que defienden puntos de vista pseudocientíficos pero que se le de voz a través de una plataforma tan potente como Netflix es preocupante.
La vida después de la muerte es un tema que favorece la confusión, las medias verdades, los puntos de vista aparentemente científicos y el tratamiento «profesional» que aparenta el documental junto con la credibilidad que ofrece una plataforma como «Netflix» contribuye a una falsa sensación de «apertura mental», de «estar abierto a todas las opciones» que en realidad sirve tanto para creer en la vida después de la muerte, como en que el planeta está controlado por una raza secreta de reptiles que viven bajo tierra, o en la necesidad de asaltar un Capitolio.
Está muy bien estar abierto a opciones pero tenemos que ser exigentes con nuestros planteamientos para que esa «apertura mental» no deje entrar planteamientos facilones, perezosos o buenistas.
Me abasteceré de buenas dosis de Alka-Seltzer para verme toda la serie documental, y trataré de ser más específico con las costuras que veo en esta serie.