Una historia más sobre lo rudimentario de la Inteligencia Artificial a día de hoy: un chatbot médico le recomendó a un paciente que se suicidara.
Era un paciente ficticio, menos mal, durante un experimento, y este sólo fue el error más llamativo entre muchos otros, pero nos da una medida de lo que estas tecnologías pueden hacer.
¿Estamos entrenando a monos a hacer tareas con la esperanza de que hagan tareas complejas?