La rueda es un gran invento. Apareción entre el 4.000 y el 3.000 antes de Cristo, se propagó a lo largo de todas las civilizaciones que tuvieron la oportunidad de conocerla, pero en una zona del planeta la cosa no cuajó: en Oriente Medio.
Para sacarle partido a la rueda son necesarias cosas como las carreteras, porque no es fácil utilizar un carro en un terreno abrupto, o la disponibilidad de los materiales adecuados, como la madera. En la zona de Arabia nada de esto era fácil: la arena del desierto hacía difícil mantener los caminos, y la madera era un lujo que no estaba al alcance de cualquier tribu. Y la gota que colmó el vaso fue… el camello.
El camello es lento, muy lento, pero seguro. Capaz de soportar enormes cargas y avanzar de forma inexorable for un terreno infernal. Y, encima, no es fácil ponerle un carro detrás. No tengo muy claro porqué, pero nunca se encontró una forma efectiva de enganchar un camello a un carro.
Así que tras el abandono de los romanos de la zona y el mantenimiento de su sistema de carreteras, y la generalizacion del uso de los camellos, unas pocas centurias después de Cristo la rueda desapareció de la zona y no volvió a verse hasta casi dos mil años después, con el runrun los vehículos a motor.
Uno de los avances tecnológicos más sofisticados del pasado fue derrotado durnante siglos por las arenas y los camellos.