En la mitología griega las quimeras eran animales híbridos con cuerpo de cabra, cola de serpiente, cabeza de león, o cualquier otra combinación, al gusto del que quisiera contar la historia. Cuando los griegos imaginaban estos seres no sabían de genética, ni de ADN, ni de fases embrionarias, ni de transplantes de órganos. Pero anticiparon un concepto que hoy en día se está conviertiendo en una posibilidad: varios equipos de científicos, en Europa, Estados Unidos y China, están creando embriones con material genético de seres humanos y monos.
El objetivo es, en principio, noble: crear órganos que puedan ser utilizados en transplantes. Pero abierta la posibilidad para dedicar esta tecnología para otros fines… A lo mejor resulta que lo de el Planeta de Los Simios no era sólo una entretenida historia de ciencia-ficción, a lo mejor era una profecía…