Edward Deming, ingeniero americano especializado en gestión de empresas, dijo que «los indicadores más importantes que se necesitan para gestionar algo suelen ser desconocidos o imposibles de conocer, pero una buena gestión tiene que tenerlos en cuenta de todas formas«.
Cuantos más datos e información, mejor, pero siempre hay que afrontarlos desde una sana desconfianza, ya que «tenemos que aceptar los límites de lo que los números nos ofrecen, y dejar de esperar que modelos matemáticos nos guíen por si solos en estos tiempos de incertidumbre» (explicado muy bien en este artículo de Hannah Fry).