Deslices políticos

El 18 de Julio de 1969, mientras tres astronautas iban de camino a la Luna, el Senador Ted Kennedy, el hermano pequeño de los asesinados presidente John F. Kennedy y candidato presidencial Robert F. Kennedy, sufrió un accidente de coche en el que resultó muerta una mujer, Mary Jo Kopechne.

Un grupo de políticos del partido demócrata, entre los que estaba Ted Kennedy, organizó un fin de semana con 6 mujeres jóvenes del partido en una casa en la playa. Ted Kennedy salió de la casa a las 11 de la noche con Mary Jo Kopechne en su coche, y unas horas después el coche, conducido por un Ted borracho, se salió de un puente y acabó en el agua.

Hasta aquí, pues nada, mala suerte. Que unos hombres se aprovechen de su posición para acostarse con unas mujeres jóvenes no es que sea aceptable, pero no sorprende. Que el senador Ted conduzca borracho, una temeridad, pero el contexto es el de los años 60. Que tuviera un accidente, pues una mala suerte incentivada por el alcohol. El problema es lo que sucedió justo después. El joven Ted, un firme candidato a presidir la nación más poderosa de la Tierra en los siguientes años, salió del coche como pudo, intentó, se supone, sacar a la chica del coche pero no pudo. Frustrado, se fue andando a buscar la ayuda de sus amigos para acabar acostándose en su habitación de hotel aquella noche como si no hubiera pasado nada. Se levantó, desayunó con unos amigos, mientras la policia sacaba de el cuerpo de la jovén del agua, una mujer que no murió ahogada sino asfixiada, ya que parece pudo respirar por media hora dentro de la burbuja en la que había quedado atrapada. Sólo reconoció que había tenido el accidente cuando la policía fue a buscarle.

¿Consecuencias de todo este macabro desaguisado? Ted perdió sus opciones a ser presidente, aunque lo llegó a intentar en 1980, pero siguió siendo senador hasta su muerte en 2009. Un personaje que se comportó como se comportó, siguió representando políticamente a sus conciudadanos por casi 40 años más… Algo que sólo se puede explicar por las influencias de su familia y el partidismo fanático de sus seguidores.