Anhelos multimillonarios

Lo de la eterna juventud es un anhelo que todos tenemos, pero los inmensamente ricos pueden intentar hacer algo respecto a ello. Como el primer emperador de China, Qin Shi Huang (Juan para los amigos) que enviaba expediciones a lugares recónditos para conseguirle elixires (una de ellas escapó a Japón ante la falta de resultados y la previsible reacción de su señor) y que probablemente murió envenenado por el mercurio que se metía entre pecho y espalda para rejuvenecer.

La versión moderna de los poderosos buscando el elixir de la eterna juventud no implica emparedar a los magos que no se la consigan, sino que consiste en juntar a los mejores cerebros del mundo en cuestiones de envejecimiento en una empresa. Una empresa de «galácticos» científicos. Jeff Bezos, el hombre más rico del momento, es uno de los inversores en esta iniciativa, entre otros multimillonarios.

Y los métodos de los últimos años son menos rudimentarios. No se utilizó nada de mercurio en las técnicas que han funcionado con ratones, técnicas que alargaron sus vidas, pararon su envejecimiento e incluso les hicieron rejuvenecer. Si funciona con ratones, ¿por qué no en humanos?

Jeff Bezos no morirá envenenado por mercurio, como mucho sufrirá un efecto colateral inesperado al aplicarle una de estas técnicas: desde un rejuvenecido Jeff con algo de tartaja o esporádicos atáques psicóticos a, ¿por qué no?, conseguir nuevos poderes al estilo de los superhéroes de Marvel. Un Bezzos en mallas, sobrevolando Manhatan… repartiendo paquetes a la velocidad del rayo…