Hoy en día vivimos en el mundo de Internet y los video-juegos, tenemos por habitual un mundo real y físico en el que si nos damos un golpe en la espinilla nos duele horrores y un mundo virtual en el que podemos tener alter-egos en el Fortnite o en las redes sociales.
Pero esto no es nuevo, la creación de mundos virtuales es algo que fue inventado ya hace mucho tiempo por la religión. Por ejemplo, la iglesia cristiana lo tenía bien claro, cuando decía que los gobiernos se centraban en la «Ley Natural», mientras que ellos se encargaban de lo «Supernatural», con la cosa del cielo, del infierno, de los secretos más personales, de lo más íntimo. Para ello se valían de un Universo al estilo Marvel, con sus dioses, sus vírgenes, sus santos, sus epopeyas, sus miedos, sus almas eternas que funcionaban como alter-egos de cada uno de nosotros y que poníamos en riesgo si no seguíamos su libro de instrucciones.