Los pichabravas de los Yamna

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Hace alrededor de 4.500 unos hombres a caballo, los Yamna, con origen en las estepas rusas llegaron a la península ibérica. Y no se sabe muy bien ni como ni porqué, pero la mayoría de los habitantes peninsulares de hoy en día le deben su cromosoma Y, el que se transmite por vía paterna, a esos mocetones del norte.

No tuvo que ser debido a una invasión violenta, dicen los investigadores, sino a algo más cultural que sucedió a lo largo de los siguientes 4 o 5 siglos. Lo que te lleva a imaginar a unos mozalbetes que llegaban con sus monturas, su pelo largo, su aire nómada, unos Ángeles del Inferno que en lugar de Harleys montaban pura sangres, por los que las íberas, celtas y celtíberas del lugar cayeron totalmente rendidas, extasiadas por el atractivo fatal de los forasteros.

Y los hombres locales, mientras tanto, pues… a saber en que acabaron los pobres.