Leopoldo II de Bélgica nunca pisó el Congo Belga (hoy República Democrática del Congo), pero eso no le impidió hacerse inmensamente rico explotando los recursos del país y ser responsable de la muerte de millones de congoleños (las estimaciones lo ponen en el rango de los 10 millones).
Las atrocidades fueron tales que le debemos la expresión «crímenes contra la humanidad» a él, una expresión que utilizó el sacerdote George Wahsington Williams en una carta dirigida al Secretario de Estado de Estados Unidos en 1890, en la que describió los abusos que presenció.