Cuando el tono de la conversación sube, se tensa, y se dicen cosas más exageradas, es más fácil ir un poco más allá y subir el tono otra vez, decir cosas todavía más extremas, en una espiral que tiene pocas probabilidades de acabar bien.
Esta parece ser la situación hoy en día, con cada vez más ruido alrededor nuestro, más gritos, más desmesura. ¿Seremos capaces de volver a un entorno menos exhacerbado?