Me gustan más las historias basadas en hechos reales que las que son totalmente inventadas. Supongo que tiene algo de voyerismo, de «vieja del visillo», no sé. La realidad es compleja, llena de sucesos interesantes, es como si no hiciera falta inventar historias porque lo que ya ha sucedido puede ser más interensante que lo que cualquiera pueda imaginar.
De este modo, el mérito para los que se dedican a escribir o hacer películas o series de televisión, no está en el desarrollo del argumento, está en cómo se cuenta la historia.