¿Qué ofrecen los charlatanes que resulta tan atractivo para mucha gente hoy en día? Una de las razones es la «aparente certeza» que ofrecen. Dicen lo que dicen con convicción, con cierto tono de agresividad incluso, con relaciones causa-efecto que simplifican el complejo mundo que nos rodea, con funciones lineales del tipo a + b + c = d, que resultan fáciles de entender.
Desde el punto de vista matemático, la realidad no puede representarse como una función simple, el mundo es un sistema dinámico complejo en el que conceptos como entropía, movimientos oscilantes, atractores, fractales, auto-organización o disipación no permiten explicaciones simplistas.
La Teoría del Caos sugiere que la imposibilidad de conseguir información perfecta no permite predecir el futuro o reconstruir el pasado con exactitud, que se puede pasar de la estabilidad a la inestabilidad de forma aparentemente instantanea, que lo sutil puede tener grandes impactos, que el mundo abierto en el que vivimos puede ser tremendamente abierto o destructivo, que la aparente causalidad suele no ser más que un espejismo, fruto de la pareidolia, la tendencia que todos tenemos a ver formas reconocibles en estímulos aleatorios.
Todo este rollo no es para decir que no debemos aspirar a entender el mundo que nos rodea, es para advertir que las tentadoras simplificaciones nos pueden llevar a conclusiones erróneas, que es necesario entender la complejidad del mundo para interpretarlo.