Un síntoma de nuestra ineptud e ignorancia es nuestra incapacidad para ponernos de acuerdo sobre la realidad que nos rodea. Como especie nos creemos muy inteligentes, los más inteligentes del Universo conocido, pero la realidad es que no estamos a la altura de su complejidad.
No es que seamos los más inteligentes, es que somos los menos tontos.