No hace tanto había un cenicero en todas las mesas de los bares. Si nos vamos más atrás en el tiempo, era normal que tambíen hubieran escupideras, así como en los pasillos de los hoteles o en los vagones de los trenes. Escupir, como el fumar, estaba normalizado y tuvo que venir la gripe de 1918 para que el uso de las escupideras fuera puesto en entredicho. Curiosamente, la Segunda Guerra Mundial impulsó su definitiva desaparición en Estados Unidos, ya que fueron requisadas para que sirvieran de materia prima en la maquinaria de la guerra.
Y China, por otra parte, tiene una tradición milenaria en lo de los gargajos, que se han encontrado escupideras en tumbas de emperadores, y no fue hasta los años 80 del siglo XX cuando desparecieron de los espacios públicos en ese pais.
Puedes tener una sociedad en la que el fumar en espacios públicos sea normal, en la que puedas ver habitualmente gente escupiendo, en la que sea normal que un padre le de un tortazo a un niño en un parque, en la que las mujeres tengan que llevar velo, o tengan que andar 10 pasos por detrás de sus maridos. O puedes tener sociedades con menos inmundicia y con menos tontería.