Vendetta

Los italianos renovaron el género de las películas del Oeste, con sus Spaguetti Westerns, haciéndolas más violentas, conviertiendo en protagonistas a «buenos» que no eran «buenos» sino antiheroes de moralidad ambigua, que fuman, que no se afeitan, que visten ponchos mejicanos, que muestran un Oeste violento y desolado.

Sergio Leonne, el director más famoso de este género, italiano que apenas hablaba inglés y necesitaba de un intérprete para comunicarse con sus estrellas internacionales como Clint Eastwood, dijo en una entrevista en 1968 que «…para mí, lo atractivo del Western es la posibilidad de hacer justicia sin pedir permiso«.

Vaya, vaya, la vendetta… La quintaesencia del estereotipo italiano de la venganza como hilo conductor de los Spaguetti Western, en un territorio aislado donde la ley no es capaz de imponerse y está justificado tomarte la justicia por tu mano sin sufrir de remordimientos…

Este planteamiento influenció el cine más allá del Western. La propia cinematografía Clint Eastwood, que acabó enfadado con Sergio Leonne, con sus Harry el Sucio y todas sus películas posteriores en las que la venganza es protagonista; las pelis de Charles Bronson o Chuck Norris, hasta llegar a las más recientes de Liam Nesson o Keneau Reeves, y por supuesto las de Tarantino, fanático confeso de esta escuela. Las «películas de venganza» son todo un género cinematográfico por si mismo, un genero que fascina por lo que Sergio Leonne dijo: «la posibilidad de hacer justicia sin pedir permiso«. Un genero que surgió con la marca italiana de la Vendetta.