La idea implícita en el pensamiento de nuestra época es que somos egoístas: los niños lo son, nuestro sistema económico se basa en la búsqueda del beneficio individual, el altruismo es contra natura…
Pero Charles Leadbeater, en su libro It’s Co-operation, Stupid, nos dice que no, que lo normal a lo largo de toda la historia humana ha sido la cooperación: el cuidado de niños que requieren una inusitada atención si lo comparamos con cualquier otro mamífero, el esfuerzo coordinado que supone cazar un mamut, el desarrollo de la agricultura, el comercio…
Paradójicamente, la masificación que ha acarreado el extraordinario crecimiento de población a lo largo de los últimos siglos nos ha aislado y ha contribuido al ensalzamiento del egoismo. Vivir en una gran ciudad implica conocer e interactuar con menos personas que si vives en una aldea, pero la tecnología (Internet, redes sociales) está compensando este efecto y la cooperación, que siempre ha estado ahí, vuelve a estar de moda.
La cooperación tiene que ser el “Leitmotiv” de la nueva era que está surgiendo de las cenizas del egoísmo.